Aunque el objetivo de las organizaciones es adaptarse a la evolución constante de las herramientas tecnológicas para aprovechar los beneficios que la digitalización aporta, una buena parte de estas iniciativas fracasan.
¿Cuáles son las razones que hacen que los planes de transformación digital no alcancen su máximo potencial? Te lo explicamos en esta nota.
La importancia de transformar digitalmente las empresas
El mercado y los consumidores no son los mismos que años atrás. En la actualidad, las personas buscan compañías que les proporcionen soluciones e interacciones ágiles, rápidas y adaptadas a sus necesidades específicas.
La operatoria manual, lenta y propensa a errores, no es una buena aliada para dar respuesta a las demandas. Es por este motivo que las organizaciones necesitan embarcarse en proyectos de transformación digital.
La digitalización les permite diseñar flujos de trabajo flexibles, escalables y eficientes, una condición indispensable para aumentar la productividad y posicionarse como una alternativa válida en un mercado altamente competitivo.
Además, transformarse digitalmente es clave para construir esquemas de comunicación multicanal con los usuarios, así como para facilitar la labor de los colaboradores en sus actividades diarias. Gracias a los instrumentos tecnológicos, los empleados pueden librarse de tareas repetitivas y enfocarse en aspectos vitales para el negocio, lo que, en definitiva, aporta beneficios para las organizaciones.
La relevancia de la digitalización para las empresas es tal que se prevé que el gasto mundial en transformación alcance los USD 3.9 billones en 2027, evolucionando a una tasa de crecimiento anual compuesta del 16,1%.
5 razones que llevan a los proyectos de transformación digital al fracaso
A pesar de la relevancia que tiene la digitalización para el desarrollo de las empresas —y de los esfuerzos que muchas de ellas realizan para llevarla a cabo—, el 70% de los proyectos de transformación digital no alcanzan sus objetivos.
Pero, ¿cuáles son las razones principales del fracaso de las iniciativas?
Falta de claridad en los objetivos del proyecto
Cuando las empresas observan que sus competidores hacen cambios, incorporando tecnologías para optimizar su operatoria, es habitual que busquen replicar el modelo que funcionó para ellos.
Sin embargo, implementar instrumentos sin tener una idea clara de los objetivos que se quieren lograr tanto a corto como a largo plazo, conduce a fallas y resultados pobres.
Para que la iniciativa sea exitosa, es fundamental dilucidar qué se quiere mejorar, cuáles son las metas que se quieren alcanzar y cuáles son los recursos con los que se cuenta. Solo así será posible delinear un plan fructífero.
Elección tecnológica inadecuada
A la hora de escoger un nuevo sistema o tecnología para adoptar, uno de los mayores errores es no pensar qué es lo más apropiado para la infraestructura tecnológica que posee la empresa o, lo que es peor, copiar lo que hacen otras compañías.
Elegir una herramienta que no es compatible con los sistemas heredados, está fragmentada o no se adapta a los requerimientos de negocio trae serias consecuencias.
Falta de apoyo de líderes y colaboradores
La mayoría de las iniciativas tecnológicas fracasan cuando no tienen el apoyo del C-level y, como no podía ser de otra manera, la digitalización no es la excepción.
Algo similar ocurre cuando no existe aceptación por parte del resto de los colaboradores, quienes pueden suponer que las herramientas a implementar amenazan sus puestos de trabajo.
La resistencia de los empleados limita el alcance de los proyectos de transformación digital, limitando su éxito. Para evitar este inconveniente, es fundamental crear una cultura del cambio sólida, así como comunicar de manera efectiva los beneficios que la digitalización aporta para el personal.
Preparación limitada para enfrentar contratiempos
La transformación digital no siempre es un camino de rosas, especialmente cuando se realizan grandes cambios.
Incluso con el máximo cuidado y planificación, siempre existe la posibilidad de que las cosas se compliquen. Demoras en las migraciones o inconvenientes en la adaptación de un sistema heredado a uno actualizado son dos ejemplos claros de esta situación.
Por eso, al empezar un proyecto digitalizador hay que prever los posibles contratiempos. Las organizaciones que no lo hacen tienen menos reflejos para reaccionar ante problemas y desvíos de la planificación original.
Conflicto de prioridades
Al interior de una organización, las prioridades en términos de digitalización no son unívocas. Por ejemplo, la dirección puede querer aumentar sus ingresos, mientras que es probable que el área de finanzas busque mejorar la eficiencia interna y el sector de marketing, incrementar las conversiones.
Conseguir que la organización respalde una visión unificada es clave para el éxito del proyecto. Eso se logra a través de un liderazgo fuerte y cohesionado y un plan de gestión del cambio transparente.
No existe una única forma de llevar adelante los proyectos de transformación digital. Siempre habrá marchas y contramarchas, pero lo importante es alinear los objetivos de la iniciativa con los del negocio y lograr la adhesión de todas las personas que forman parte de una compañía. ¿Estás atravesando alguno de estos inconvenientes en tu organización? Mandanos un mensaje.