Al combinar recursos informáticos de al menos una cloud pública y al menos una cloud privada, la nube híbrida permite ampliar la infraestructura y las operaciones de manera coherente, ofreciendo un único modelo operativo que gestiona las aplicaciones y las cargas de trabajo de ambos entornos.
En este sentido, el modelo híbrido despliega una estrategia que respalda el funcionamiento de aplicaciones modernas y los esfuerzos de transformación digital de las organizaciones.
Si bien los entornos de cloud híbrida proporcionan ventas en términos de escalabilidad, flexibilidad y continuidad de negocio, a menudo enfrenta retos asociados a su complejidad, especialmente en lo que respecta a visibilidad, compliance y escasez de talento calificado.
En este artículo, te contamos cómo abordarlos.
Nube híbrida: un entorno beneficioso y desafiante
La cloud híbrida consiste en la combinación de recursos informáticos de nube pública y nube privada, incluyendo ubicaciones periféricas y datacenters locales.
En este modelo, los datos y la información se comparten y sincronizan gracias al despliegue de técnicas de integración, orquestación y coordinación. A su vez, para establecer conectividad entre los diferentes entornos de nube se emplean tecnologías de red, como LAN, WAN, VPN y API.
De acuerdo con HPE, el mercado de la nube híbrida pasará de valer los USD 129.680 millones que detenta actualmente a tener un valor de USD 352.280 millones en 2029, evolucionando a una tasa de crecimiento anual del 22,12%.
¿Cuáles son las razones que explican tamaño incremento? La respuesta se encuentra en los beneficios que ofrece este entorno.
En primer lugar, al utilizar un modelo híbrido, las compañías pueden optimizar los costos, asignando los recursos a las diferentes ubicaciones (pública o privada) en función de su importancia y sensibilidad.
A su vez, esta ventaja revela otro punto a favor de este enfoque, cuya flexibilidad permite aprovechar las ventajas de cada entorno, sin resignar el rendimiento, el compliance o la rentabilidad.
Por otro lado, la cloud híbrida proporciona una escalabilidad libre de fisuras, permitiendo que las organizaciones amplíen o reduzcan sus recursos en función de la demanda.
Asimismo, las nubes híbridas ofrecen un enfoque equilibrado de la seguridad. Las empresas que las utilizan pueden mantener los datos sensibles y aplicaciones de misión crítica en entornos on-premise o en clouds privadas, garantizando su protección.
Finalmente, con las arquitecturas híbridas la estrategia de recuperación ante desastres y de continuidad de negocio se fortalece. Gracias a ellas, las empresas pueden replicar datos y aplicaciones en varios entornos cloud, garantizando la redundancia y minimizando el riesgo de pérdida de datos o tiempo de inactividad.
Ahora bien, no todos son beneficios. La adopción de la nube híbrida también conlleva una serie de desafíos. Algunos de los más relevantes son:
- Complejidad. La gestión de un entorno híbrido puede resultar compleja, ya que requiere recursos humanos con experiencia en la integración y orquestación de servicios a través de diferentes plataformas cloud, a fin de garantizar una conectividad efectiva y coherencia de los datos. Además, las nubes híbridas suelen requerir virtualización, contenedorización, herramientas de almacenamiento y redes definidas por software para acceder a los recursos y acumularlos.
- Integración e interoperabilidad. Integrar las aplicaciones y sistemas IT heredados con entornos híbridos a menudo presenta problemas de compatibilidad, interoperabilidad y migración de datos.
- Compliance y gobernanza de datos. Al implementar un enfoque de nube híbrida, las organizaciones deben garantizar que sus prácticas de gestión de datos cumplen con las normativas vigentes en función del tipo de carga de trabajo y de cada región, lo que puede resultar bastante complicado.
- Silos en los procesos y herramientas. Cuando las compañías utilizan diferentes instrumentos y procesos para gestionar las aplicaciones y la infraestructura subyacente en varios entornos, suelen generarse silos que obstaculizan la eficiencia operativa.
- Dependencia de la conectividad de red. Los entornos híbridos dependen de la conectividad de red. Por lo tanto, cualquier interrupción o problema de latencia puede impactar negativamente en el rendimiento y la disponibilidad de los recursos allí alojados.
Adopta los enfoques adecuados para reducir la complejidad
La complejidad que presenta la nube híbrida demanda que las organizaciones desplieguen una serie de enfoques prácticos que permiten resolver los desafíos más habituales de este entorno.
Mejorar la visibilidad del patrimonio tecnológico
La supervisión de los patrones de uso de la nube híbrida es clave para sacar el máximo provecho de los recursos y optimizar el gasto.
No obstante, al integrar los servicios de clouds públicas y privadas, la visibilidad se torna un gran reto. Así como sucede con los datacenters locales, cada uno de estos entornos tiene su propia solución para vigilancia, lo que complejiza la obtención de una visión completa.
Si bien algunas empresas implementan un software de administración de terceros —lo que genera gastos adicionales—, lo mejor es crear una estrategia de análisis de consumo.
Esto permite comprender cómo se lleva a cabo la utilización del servicio de nube, consolidando métricas de múltiples fuentes en un único panel.
Comprender cuáles son los costos de la nube híbrida
Reducir el gasto es uno de los principales objetivos que persiguen aquellas compañías que adoptan un enfoque de nube híbrido.
No obstante, gestionar los costos no es tarea sencilla. En primer lugar, cada proveedor tiene diferentes modelos de precios y estructuras de facturación.
Por otro lado, al brindar la posibilidad de consumir recursos con mayor facilidad, la nube pública puede generar gastos excesivos.
Como si estas complejidades no fueran suficientes, a menudo es difícil consolidar y comparar los costos, porque cada plataforma tiene sus propias herramientas de administración.
¿Cuál es entonces la solución? Analizar el consumo.
Al supervisar cómo se consumen los recursos, es más fácil comprender cómo se construyen los costos para atribuirlos a una aplicación específica.
Revisar las responsabilidades de seguridad
Aumentar los entornos para gestionar incrementa la complejidad. Esto lleva a que la nube híbrida presente una serie de desafíos de seguridad. No obstante, es posible tomar medidas para potenciar la protección de la cloud híbrida.
Una de las más relevantes tiene que ver con comprender cuáles son las responsabilidades de cada actor del esquema híbrido.
En líneas generales, el proveedor de servicios es responsable de proteger el entorno de la nube y su infraestructura subyacente, mientras que las empresas que los contratan se abocan a resguardar las aplicaciones y los datos que se ejecutan y almacenan.
Para evitar inconvenientes, es fundamental revisar los acuerdos de nivel de servicio de
a fin de entender las condiciones específicas de cada uno. Solo así es posible ponderar los requisitos en la estrategia de seguridad general.
Garantizar el compliance
El cumplimiento normativo es un enorme desafío en las organizaciones que utilizan la nube híbrida. Cuando se trabaja con más de un entorno, recopilar la información correcta y asegurarse de que las normas están siendo cumplidas no es nada fácil.
Combinar la automatización y herramientas de gestión centralizadas es clave para superar este desafío. Automatizar permite implementar prácticas de seguridad de manera uniforme en todas las arquitecturas.
Por su parte, las herramientas centralizadas de administración facilitan la integración de
controles de seguridad en todas las arquitecturas y mantienen la visibilidad en toda la nube híbrida.
Gestionar de manera eficaz el talento
Aunque cuenten con personal IT, las empresas no siempre poseen en su plantilla el talento adecuado para adoptar y gestionar la nube híbrida.
Esto sucede porque el conocimiento y las skills oportunas son cada vez más difíciles de encontrar en el mercado laboral.
Para compensar esta escasez de talento, las organizaciones pueden implementar automatizaciones que ejecuten tareas operativas y liberen los recursos IT para funciones más complejas, o bien contratar un consultor de cloud híbrida que ayude a optimizar las habilidades del equipo interno.
¿Tu empresa necesita ayuda para enfrentar alguno de estos retos que presenta la nube híbrida? Contactanos.