En un mundo en el cual la transformación digital es un fenómeno imparable que abarca todas las industrias, cada vez son más las organizaciones que comprenden que deben transformar sus modelos empresariales no solamente para mejorar su productividad, sino también para poder adaptarse a los cambios y dar respuestas satisfactorias a sus clientes.
El escenario de aceleración y cambio digital requiere la transformación de su infraestructura IT, ya que es la que permite que las compañías construyan e implementen soluciones y aplicaciones para sus colaboradores, partners y usuarios finales.
Por eso, ya sea que se trate de sistemas informáticos en entornos locales o en la nube pública, un modelo basado en el uso aumenta la facilidad de adaptación a los cambios y aporta mayor flexibilidad para futuras modificaciones.
Cómo funciona el modelo basado en el uso
El modelo IT con base en el consumo replica la experiencia de utilización que presenta la cloud pública, aportando velocidad, agilidad y practicidad en los sistemas y aplicaciones organizacionales.
El modelo IT basado en el consumo permite una instalación rápida de software, hardware y servicios informáticos en cualquier lugar, cuando sea necesario.
Para llevarlo a cabo se analizan los requerimientos de capacidad inmediatos y a futuro y, en base a este análisis, se instalan los equipamientos informáticos necesarios en el centro de datos local, centro de coubicación o localización de extremo. Una vez implementado, las compañías pueden empezar a utilizar estos recursos y pagar solamente por lo que usan, sin necesidad de hacer inversiones previas.
Escalabilidad y ahorro, los dos pilares que impulsan el auge del modelo basado en el uso
Este modelo replica la experiencia de la nube pública en un centro de datos tradicional. El consumo se determina de acuerdo al uso que se hace del hardware o del software y la capacidad informática es elástica, dado que se puede ampliar o reducir de acuerdo a las necesidades organizacionales.
En los entornos tradicionales, es complicado predecir la cantidad de infraestructura tecnológica que se necesitará a futuro y, debido a que los ciclos de compra e implementación informática son prolongados, en general las organizaciones acaban por adquirir recursos de más para evitar faltantes.
Según un estudio de Futurum Research, el 67% de las empresas registran una sobreinversión en soluciones de almacenamiento, mientras que más de un tercio carece de la capacidad suficiente o experimenta grandes índices de utilización que impactan negativamente en el rendimiento global de la operatoria. El modelo basado en el uso resuelve este dilema ya que ofrece escalabilidad bajo demanda, brindando la posibilidad de reducir o ampliar la capacidad de acuerdo a las necesidades puntuales y a la realidad de la organización.
Los modelos basados en el consumo permiten a los responsables del sector IT desplazar recursos para responder a las demandas cambiantes del negocio. Los clientes pagan por lo que usan y planifican la capacidad por adelantado para evitar el sobreaprovisionamiento y ahorrar en TCO (costo total de la propiedad).
En referencia al ahorro, cada vez son más las empresas que deciden migrar de un modelo de desembolso de capital (CapEx), en el cual los equipos de IT se adquieren con anticipación y se van depreciando en un periodo entre 3 a 5 años, hacia una metodología en la cual puedan destinar los gastos operativos (OpEx) para pagar infraestructura.
Según un informe realizado en 2019 por IDC, el 60% de las organizaciones optará por modelos de IT flexibles y de bajo costo. De esta forma, buscan que los costos de infraestructura se alineen con el consumo de IT, sin necesidad de predecir y planificar la capacidad a futuro, lo que lleva a gastar de más y a hacer inversiones en recursos que no se llegan a utilizar.
Otras ventajas del modelo basado en el uso
La implementación de modelos basados en el consumo no solamente representa beneficios en términos de ahorro y escalabilidad, sino que también ofrece otras ventajas competitivas para las organizaciones.
Implementación ágil
Gracias a la posibilidad de medir y gestionar la capacidad, los recursos necesarios para afrontar las cargas de trabajo están listos para ser puestos en marcha de forma rápida, reduciendo el plazo de implementación de proyectos de IT globales.
Asimismo, el modelo basado en el uso otorga visibilidad a la organización sobre qué cantidad de cada recurso se está empleando, quién lo está haciendo y qué costos están asociados.
Reducción de los plazos de adquisición
En los casos en los cuales las necesidades se modifican, las compañías tienen la capacidad de reaccionar de forma más rápida, permitiendo que se puedan escalar inmediatamente las cargas de trabajo.
Mejora de la visibilidad y optimización de la integración
Los responsables de los sectores IT pueden confiar en la experiencia de los proveedores de servicios de consumo para saber cómo llevar a cabo la integración de las infraestructuras públicas y privadas.
De esta forma, se cubren las eventuales carencias de recursos en ese ámbito, a la vez que también se pueden obtener más datos relevantes del entorno IT.
Reducción de carga de trabajo del personal informático
Utilizar un modelo de consumo bajo demanda permite al departamento IT delegar la gestión de la infraestructura en una empresa externa. Esto alivia la carga de trabajo al personal informático para que se centren en proyectos de más valor para el negocio.
Mantenimiento del control de la seguridad y de las aplicaciones
Con una infraestructura local, incluidos los recursos suministrados en un modelo de consumo, las organizaciones mantienen el control de sus aplicaciones y datos. Eso incluye el cumplimiento de la normativa y la reducción de riesgos para la seguridad.
Además, en los casos en los cuales la organización no disponga del personal adecuado para cumplir estas funciones y evalúe la posibilidad de pasarse a la cloud pública, un modelo basado en el uso puede servir como una extensión del departamento IT.
HPE Greenlake es líder en la provisión de soluciones basadas en el uso, ya que ofrece una nueva forma de concebir la infraestructura IT al interior de las organizaciones, teniendo en cuenta sus requerimientos y analizando su capacidad actual y sus necesidades a futuro.
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